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Boyeruca, VII Región, Chile |
Viajamos seis horas para llegar a Boyeruca. ¿Nuestro
objetivo? Vivir un día en alta mar junto a los pescadores artesanales. Nos levantamos
a las 4 AM. Mentiría si dijera que ninguna de mis cuatro compañeras de la
universidad no teníamos miedo de entrar a ese mar traicionero, el que en febrero de 2010 se llevó el muelle y desde entonces se entra al mar "a rompe ola", como dicen los pescadores. “Todo por
nuestra tesis”, nos alentábamos. Tomamos ciegamente una pastilla para el mareo
que nuestros nuevos amigos, los pescadores, nos habían dado y zarpamos. “Mírenlas, van como gatos agarra`s del bote”,
bromeaban ellos mientras que nosotras afirmadas unas con otras, como en el
juego Twister e inmóviles, reíamos nerviosas y contando las horas por volver a tierra firme.